La sábana mágica

Ángel Correa Torres (Granada) acudió a nosotros exultante con una ilusión en la mente y un cuento en un pendrive. Como cualquiera que invierte tiempo en teclear el producto de su imaginación, quería publicar La sábana mágica, su cuento, para que fuese leído por un público a partir de los ocho años.

Leído el original, quedamos con el autor para intercambiar impresiones, la primera de ellas que el cuento era genial y merecía una cuidada edición que enganchara al exigente público infantil a su lectura. Hablamos de tamaños, tipografías, interlineados, márgenes y demás aspectos técnicos de decisiva influencia en un público que se inicia en la lectura. La distribución en capitulos planteada por Ángel era ideal para dosificar el relato y un apéndice de vocabulario era un complemento pedagógico perfecto del futuro libro.

Paginas de interior con ilustración

Pero faltaba algo que atrajera de forma definitiva e irresistible a la infancia. Le propusimos la necesidad de ilustrarlo y, en un primer momento, recurrimos a un boceto con imágenes provisionales pescadas en internet para que se hiciera una idea. Se entusiasmó de tal forma que accedió a recurrir a una profesional experta en tales menesteres que vivía en un paraje de cuento: un camping/casa rural/granja escuela situada en Güejar Sierra, en los límites del espacio natural de Sierra Nevada.

Paginas de interior con ilustración

Allí explicamos el proyecto a Susana Vegas Mendía, la ilustradora, que se sintió involucrada en él desde el primer momento. Ángel también sintió que era la ilustradora para su cuento desde el momento en que contempló algunas ilustraciones y bocetos realizados por ella. Al poco tiempo, y tras negociar la cantidad de ilustraciones a realizar, tenía no sólo los bocetos, sino las definitivas.

Ilustraciones de Susana Vegas para el cuento

Para implementar las cabeceras de página, decidimos crear unos iconos personalizados para cada capítulo, a partir de las ilustraciones, que sirvieran de guía al público infantil. Dado que el libro, en principio, iba a ser en blanco y negro, creamos los iconos primero a color y después los pasamos a escala de grises.

Iconos a partir de las ilustraciones

El resultado fue un libro de tamaño 21X14, con 85 páginas impresas en papel estucado de 100 gramos. Pero hicimos algo más: dada la espectacularidad de las ilustraciones, Ángel tomó la decisión de que las páginas ilustradas se imprimieran a color. Así lo hicimos, resultando un libro con unas páginas a color y el grueso de ellas en blanco y negro, lo que supuso una considerable reducción de costes en comparación con una tirada en imprenta que hubiera obligado a la impresión completa a color con el consiguiente incremento del precio final. La tirada fue de 100 ejemplares.

Lo último fue crear una versión epub incluyendo las ilustraciones a color para poder visualizar el cuento en dispositivos electrónicos.

Gracias, Ángel; gracias, Susana.